Breve perspectiva de la situación actual de la Biotecnología en Ecuador

Evelyn Carrera-Navarrete1

Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE)

De acuerdo al Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), la tasa de desempleo en el Ecuador en el año 2016 fue de 5.2% y hasta marzo del presente año fue de 4,6% (INEC, 2019). A pesar de que la tasa de desempleo ha disminuido, se evidencia también un aumento en la afluencia de inmigrantes venezolanos a nuestro país a causa de la inestabilidad política y económica que actualmente afecta al hermano país. Esto, sumado a los recientes cambios de gobierno y muchos otros factores socioeconómicos, ha hecho que en Ecuador se vuelva muy difícil aspirar a una plaza de trabajo que sea bien remunerada. Existen profesionales nacionales altamente competentes que poseen títulos de cuarto nivel quienes actualmente están desempleados dado a la poca disponibilidad de plazas de trabajo que sean afines a sus perfiles profesionales o al hecho de que están sobre calificados para los puestos de trabajo a los cuales postulan. Por ello, la mayoría optan por ser docentes universitarios, trabajar en instituciones gubernamentales o deciden emigrar hacia otros países para radicarse en el exterior. Ante esta preocupante realidad, es inminente y urgente promover el desarrollo empresarial en el país fomentando la creación de empresas e instituciones enfocadas a investigación y desarrollo.

En el ámbito de los negocios biotecnológicos, existen varias empresas sólidas relacionadas con diferentes áreas de la biotecnología que en su mayoría son multinacionales y/o empresas nacionales que tienen más de 10 años de vigencia en el país. Algunos ejemplos de empresas que se enfocan en biotecnología industrial son: Nestlé, Toni Corp., Pronaca y Grupo La Fabril; en biotecnología humana: Life-Ecuador, Novartis, Merck, Tecniandina, S.A., Venegas Representaciones S.A. y Purifluidos CIA. LDTA; en biotecnología vegetal: AGRIPAC, BASF, BAYER, Dow, Dupont, Sygenta, Maoscap S.A., Grupo Hilsea, Ecuagenera, Valleflor, Germoplanta, Orange Lab, Laboplan y Agrodiagnostic; en biotecnología acuícola: Biogemar, Concepto Azul S.A., Produmar y Confimar; en biotecnología ambiental: Schlumberger, Ecuador TLC, Tripetrol, Andes Petroleum, Repsol-YPF Ecuador S. A., Agip Oil Ecuador, Gruenthec, Ecocycle, entre otras. Cabe destacar que, en Ecuador, la biotecnología vegetal es una de las áreas que cuenta con mayor número de laboratorios y personal especializado (SENESCYT, 2015). Además, la elaboración, comercialización y venta de bioisumos, fitofármacos, nutracéuticos, medicina personalizada, alimentos funcionales, prebióticos, junto con la producción de biocombustibles, son negocios que están creciendo en el país y se espera con optimismo que su oferta se incremente en el mercado.

En el año 2000, la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE) fue la primera universidad que ofertó la carrera de Ingeniería en Biotecnología. Actualmente, la carrera de biotecnología está disponible en 11 universidades nacionales (Educarplus, 2019). A pesar de que ya han transcurrido 19 años desde su creación, la Biotecnología sigue en fase inicial en Ecuador. Esto podría deberse a múltiples factores como el hecho de que los sistemas de formación en algunas universidades suelen ser demasiado teóricos lo cual contribuye a que los graduados tengan muchas dificultades al momento de poner en práctica sus conocimientos y así generar ingresos económicos de alto rendimiento; el desconocimiento por parte de la comunidad sobre los servicios profesionales que puede prestar un/a ingeniero/a en Biotecnología; el campo de aplicación de esta carrera profesional es demasiado amplio lo cual genera una intensa competencia entre biotecnólogos/as y graduados/as de otras ingenierías al momento de intentar acceder a puestos de trabajo; la falta de fuentes de financiamiento para proyectos privados de investigación; la falta de acceso a insumos y equipos de laboratorio o los costos elevados de estos productos; los ineficientes procedimientos burocráticos al momento de tramitar la importación de materiales de laboratorio; las múltiples trabas burocráticas que existen al momento de sacar registros, permisos y demás documentos; no existe tampoco políticas públicas que fomenten el bio-emprendimiento en el país. Por otro lado, desde el 2016, existe la Asociación de Biotecnólogos del Ecuador, misma que actualmente se encuentra en un período de transición.

A pesar de este escenario poco alentador, actualmente el gobierno nacional a través del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) junto con sus instituciones adscritas (AGROCALIDAD e INIAP), el Ministerio de Salud Pública (MSP) junto con sus instituciones adscritas (ACCES, ARCSA, INDOT e INSPI), y el Ministerio del Ambiente de Ecuador (MAE) junto con sus instituciones adscritas (ABG, PNG e INABIO) con el acompañamiento de la Secretaria de Educación Superior Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT), están generando propuestas que promuevan la articulación entre el sector público, el sector privado y la academia para generar programas multidisciplinarios que contribuyan al cambio de la matriz productiva del país con la finalidad de aumentar las exportaciones de productos frescos o procesados y terminar con la dependencia que tiene la economía ecuatoriana con relación al petróleo.

En ese sentido, el 24 de abril del presente año, el Ministerio de Ambiente y Agua (MAE) firmó un convenio de cooperación interinstitucional con la Universidad Técnica de Loja (UTPL), la Alianza para el emprendimiento e innovación (AEI), la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones del Ecuador (CORPEI) y la SENESCYT para la creación del Centro de Promoción y Facilitación de Bionegocios, denominado Bioemprende (MAE, 2019) Además, el MAE se encuentra trabajando en la elaboración de un estudio de Bioeconomía del país, pues hasta el momento no contamos con esa información.

Adicionalmente, el 30 de abril del presente año, la Agencia de Promoción Económica ConQuito realizó la presentación oficial del Centro de Innovación del Distrito Metropolitano de Quito. Este proyecto está liderado por ConQuito, la AEI, la Escuela Politécnica Nacional del Ecuador (EPN) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Este proyecto cuenta con un financiamiento no reembolsable de 5.9 millones de dólares que ha sido proporcionado por la Cooperación Coreana-KOICA y tiene como objetivo fomentar un espacio para generar un ecosistema de emprendimiento e innovación que promueva el desarrollo económico del país. Este centro contará con laboratorios de Industria 4.0, diseño, innovación alimentaria, bio-industria, Fablab e innovación pública; además, incluirá servicios de desarrollo empresarial, un observatorio de innovación, y espacios para el intercambio de conocimiento y generación de redes (ConQuito, 2019). Cabe recalcar que, en las iniciativas descritas anteriormente, se observa cómo la academia empieza a trabajar en conjunto con la empresa privada, el sector público y los emprendedores para impulsar el avance de la ciencia y tecnología en el Ecuador.

Sin duda, el futuro de la biotecnología en Ecuador se perfila prometedor ya que se están generando muchas oportunidades de crecimiento para las empresas biotecnológicas, tanto para las que ya están establecidas, así como para las que se encuentran en fase inicial. De esta manera, se espera generar más puestos de trabajo y proyectos de investigación que brinden empleo a los biotecnólogos/as nacionales y que contribuyan al progreso de nuestro país.

Bibliografía
• Agencia de Promoción Económica ConQuito (CONQUITO), (2019). Noticias. Extraído el 30 de Abril de 2019, desde: http://www.conquito.org.ec/quito-contara-con-un-centro-de-innovacion/
• Educar Plus. (2019). Lista de Universidades del Ecuador por Categoría. Extraído el 20 de Abril de 2019, desde: https://educarplus.com/2018/03/lista-de-universidades-del-ecuador-por.html
• Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Ecuador (INEC), (2019). Página de Inicio INEC. Indicadores básicos-Desempleo. Extraído el 5 de Abril de 2019, desde: http://www.ecuadorencifras.gob.ec/estadisticas/
• Ministerio del Ambiente de Ecuador (MAE), (2019). Noticias MAE. Extraído el 30 de Abril de 2019, desde: http://www.ambiente.gob.ec/gobierno-nacional-implementa-el-primer-centro-de-promocion-y-fomento-de-bionegocios-sostenible-del-ecuador-bioemprende/
• Secretaría de Educación Superior Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT), (2015) Repositorio digital. Extraído el 5 de Abril de 2019, desde: http://repositorio.educacionsuperior.gob.ec/bitstream/28000/1129/1/T-SENESCYT-0296.pdf

Imagen destacada: Biotechnology por Leon Zernitsky

Ovario poliquístico ¿debo preocuparme?

Autores:

Pedro Gallegos, Juan Camilo Mejia, Elisar Eid, Daniela Lescano, Alejandro Lopez, Emilio Cabascango, Isabel Viteri, Sebastian Sanchez, Melisa Muenala y Tania Muenala.

Anatomía funcional

Los ovarios son las gónadas femeninas donde se producen hormonas reproductivas como el estrógeno, y se desarrollan los óvulos. Desde que empieza la adolescencia, las mujeres tienen ciclos menstruales mensuales, tras los cuales se produce maduración y expulsión del ovario de un óvulo. Antes de la ovulación, se produce la maduración de varios óvulos, pero sólo uno de ellos es expulsado y el resto se degenera. Luego de la ovulación, si no se produce fecundación del óvulo, sobreviene la menstruación (Sadler, 2016).

¿Qué es en realidad el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP)?

El síndrome de ovario poliquístico es una enfermedad de la mujer que causa ciclos menstruales irregulares, acné o crecimiento excesivo del vello facial. También puede hacer que sea muy difícil que la mujer se quede embarazada. El síndrome de ovario poliquístico es un muy común: alrededor del 5-8% de las mujeres lo padecen. La mayoría de las mujeres con síndrome de ovario poliquístico tienen sobrepeso (McCartney & Marshall, 2016).

¿Por qué me puede dar SOP?

Los ovarios de las mujeres que tienen SOP no funcionan normalmente y producen demasiada testosterona, la hormona más importante en los hombres. Pero las mujeres también la producen y la necesitan en pequeñas cantidades. Los ovarios normalmente la producen en cantidades muy pequeñas, pero en el caso del SOP la cantidad que producen es anormalmente mayor (Trikudanathan, 2015).
En las mujeres que tienen este síndrome, el ovario solo produce muchos folículos pequeños en lugar de uno grande como es lo normal. De esta forma, no se cumple el ciclo en el que crece un folículo y se ovula. Los niveles hormonales se desequilibran y la ovulación no se produce todos los meses como debería. Las causas concretas no se conocen hasta el día de hoy (McCartney & Marshall, 2016).

Síntomas

Los síntomas del síndrome de ovario poliquístico pueden variar de mujer a mujer. Entre los síntomas más comunes hay que considerar los siguientes:

● Tener menos de 8 periodos en 1 año.
● Crecimiento de pelo grueso en lugares anormales para una mujer como superior al labio, quijada, pecho, abdomen.
● Ganancia de peso u obesidad
● Presencia de acné (presencia de piel grasa y espinillas)
● Pérdida de cabello en la cabeza.
● Dificultad para quedarse embarazada
(Nandi, A., et al. 2014).

¿Cuándo acudir al doctor?

En general toda paciente debería buscar atención médica incluso si sus síntomas son muy leves. Esto se debe a que las mujeres con SOP tienen más posibilidades de tener otros problemas de salud, como: diabetes, colesterol alto, ansiedad, depresión o apnea del sueño. Todos estos síntomas se correlacionan con los efectos de aumento de peso y obesidad que se ven en mujeres con SOP. Además, el riesgo de enfermedad cardíaca podría ser mayor en estas mujeres (Azziz, et al., 2016).

¿Qué exámenes me debería hacer?

Dependerá de la edad que tengas, síntomas específicos, recuerda que cada caso es diferente; será tu médico quien decida qué examen ordenará.
Pruebas sanguíneas:
-Descartar embarazo en el caso de no haber menstruado.
-Niveles de hormonas, azúcar en sangre, colesterol.
Pruebas de imagen:
-Ultrasonido pélvico: Instrumento que no invade al paciente. Emite ondas de sonido para observar el útero y ovarios. Puede ser utilizada para ver los quistes en el ovario y diagnosticar el SOP (Bozdag, et al. 2016).

¿Qué puedo hacer para mejorar mi condición?

Es importante el control constante con un equipo de médicos capacitados. Existen distintos tratamientos que se pueden llevar cabo para mejorar la condición.
1. El bajar de peso es un tratamiento muy efectivo que reduce los síntomas y promueve la buena salud.
2. Los anticonceptivos regularizan los ciclos menstruales y previenen las complicaciones del síndrome.
3. La metformina ayuda a regularizar los síntomas que se asocian a la glucosa alta en sangre.
4. Para el tratamiento sintomático del acné hay lociones y distintas opciones orales que controlan este síntoma.
5. Existen tratamientos como el citrato de clomifeno para pacientes que desean embarazarse.
(Tehrani & Behboudi-Gandevani, 2015)

¡Conclusión! ¿Cómo será mi vida con SOP?

Habrán muchos síntomas molestos como exceso de vello en el rostro, espalda, pecho; habrá además acné que no mejorará con tratamientos habituales. El sobrepeso es un factor añadido al SOP. Conjuntamente, los períodos se tornarán irregulares haciendo que el sangrado puede ocurrir en momentos no esperados. Si desea quedar embarazada, esto será difícil por las anormalidades menstruales. A largo plazo, el tener períodos anovulatorios a repetición, el riesgo de cáncer endometrial y de mama aumenta. Sin embargo, con un tratamiento adecuado todo esto puede ser controlado (Trikudanathan, 2015).

¡Busca atención médica si tienes alguno de los síntomas mencionados!

Referencias:

Azziz, R., et al. (2016). Polycystic ovary syndrome. Nature Reviews Disease Primers, 2, 36-57.

Bozdag G, et al. (2016). The prevalence and phenotypic features of polycystic ovary syndrome: a systematic review and meta-analysis. Human Reproduction, 31(1) 28-41.

McCartney, C. R., & Marshall, J. C. (2016). Polycystic ovary syndrome. New England Journal of Medicine, 375(1), 54-64.

Nandi, A., et al. (2014). Polycystic ovary syndrome. Endocrinology and Metabolism Clinics, 43(1), 123-147.

Sadler, T. (2016). Langman. Embriología Médica. 13ª edición. Barcelona: Lippincott Williams & Wilkins.

Tehrani, F. R., & Behboudi-Gandevani, S. (2015). Polycystic ovary syndrome. In Contemporary Gynecologic Practice. InTech.

Trikudanathan, S. (2015). Polycystic ovarian syndrome. Medical Clinics, 99(1), 221-235.

¿Es en realidad Gastritis? Resolviendo el mito.

Autores:

Jaime del Castillo, Jorge Estrella, Ariana Guerra, Carolina Guevara, Andrea Ordoñez, Cristina Palacios, Sebastian Puga y María Belen Torres.

“No puedo comer eso porque me da gastritis”. “Hoy amanecí con gastritis”. Pocas personas podrán decir que estas dos frases les resultan desconocidas o ajenas. De hecho, todo lo contrario, pues se escuchan muy frecuentemente en el día a día en nuestro medio; la mayoría de las personas usa el término gastritis para referirse al dolor estomacal, al malestar abdominal, a la sensación de llenura o de reflujo, o a la propia pesadez, que muchas veces se acompaña con las comidas.1 Sin embargo, ¿realmente tienen estas personas gastritis? La respuesta es un gran y rotundo ¡NO!

La gastritis hace referencia a la inflamación de las células de la mucosa que recubre el estómago. Por tanto, la gastritis es un diagnóstico que se puede hacer única y exclusivamente mediante histología, es decir, mediante la toma de una muestra de la mucosa gástrica y su respectivo análisis bajo un microscopio para confirmar la presencia de inflamación en ese tejido. La gastritis suele ser la respuesta del cuerpo a un proceso que irrita la mucosa durante algún tiempo, como una infección o el consumo de fármacos, así que no es cierto que el consumo único de un alimento pueda generar una inflamación súbita de las células del estómago.2 Entonces, y considerando todo lo dicho, ¿cómo se llama aquello que la gente incorrectamente describe como gastritis? Pues se llama dispepsia funcional. Le invitamos a que conozca un poco más sobre este mal tan frecuente, pero tan poco conocido, que ha sido injustamente confundido con el término de gastritis.

— Conociendo un poco más la enfermedad: ¿qué es la dispepsia funcional?

La dispepsia funcional comprende un cuadro clínico caracterizado por un conjunto de síntomas continuos o intermitentes, referidos por el paciente como dolor, malestar o incomodidad tipo pesadez o plenitud en la boca del estómago. Éstos pueden mejorar o empeorar al comer. Muchas veces se presenta con distensión abdominal, incapacidad de terminar una comida, náuseas y eructos, pero nunca con vómito. La dispepsia afecta al 35-40% de la población general, no obstante, solo el 20% de las personas atendidas por un médico encuentran una causa orgánica de base. 3

Aunque no existe una causa específica que pueda demostrar el porqué de la dispepsia funcional, sí existen algunas teorías relacionadas a la misma:

  • Alteración de la motilidad gástrica: en este caso la dispepsia se asocia a una alteración del estómago para contraerse de manera correcta y poder realizar una buena digestión, lo que a su vez conlleva a los síntomas mencionados anteriormente como distensión abdominal, sensación de llenura, incomodidades tipo pesadez, etc.
  • Hipersensibilidad visceral: la hipersensibilidad se caracteriza por un umbral del dolor más bajo de lo normal, en presencia de motilidad (movimiento) gástrica normal. Se cree que una disfunción de los receptores de dolor del estómago y un mal procesamiento de los estímulos gástricos a nivel nervioso juegan un papel importante en el desarrollo del dolor asociado a la dispepsia funcional.
  • Infección por Helicobacter pylori: el H. pylori, una bacteria que comúnmente habita en el estómago de muchas personas a nivel mundial, puede causar alteración y disfunción de la motilidad gástrica, debido a que induce una respuesta inflamatoria, lo cual a su vez disminuye el umbral relacionado al disconfort que se asocia a la distensión gástrica.
  • Alteración de la flora bacteriana: esta teoría surgió basada en la observación de que síntomas asociados a dispepsia funcional ocurren después de un episodio de gastroenteritis, en el que las bacterias que normalmente viven en el intestino mueren y son reemplazadas por otras que usualmente no viven ahí.
  • Inflamación duodenal: se han encontrado asociaciones entre dispepsia y un proceso inflamatorio a nivel del duodeno (la primera porción del intestino delgado).
  • Disfunción psicosocial: la dispepsia también se ha visto asociada a ansiedad, depresión u otros trastornos emocionales. 4

— Signos y Síntomas: ¿Cómo se presenta la dispepsia funcional?

La dispepsia funcional tiene un sinnúmero de síntomas que la caracterizan, y no uno sólo. Cada uno de ellos puede o no estar presente en cada paciente, aunque la intensidad siempre es variable. En general, se destacan los siguientes síntomas.

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Es importante considerar algunas cosas:

  • Otros pacientes también pueden presentar náusea y vómito.
  • Los pacientes no tienen evidencia de enfermedad estructural para explicar los síntomas los cuales se deben de presentar por lo menos por 3 meses.
  • Hay dos subtipos de dispepsia funcional que se basan en los síntomas predominantes5 :

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— Epidemiología: Prevalencias de la enfermedad en la población.

 Al hablar  sobre dispepsia funcional entramos en un área muy amplia, que debe ser definida de manera correcta, para evitar la confusión con la gastritis. En estudios donde se utiliza una definición dispepsia como “el dolor en el abdomen superior” la prevalencia llega a ser hasta del 34% de la población en general. Por otro lado, cuando se utiliza una definición más amplia, la cual involucra síntomas gastrointestinales en el abdomen superior (llenura, gases, cólicos…), la prevalencia varía entre un 23% al 45%. Estudios recientes realizados en España estiman que, de su población, al menos el 39% experimentan síntomas dispépticos a lo largo de su vida. De este gran grupo de personas se estima que el 14% son de causa funcional, es decir, sin una causa orgánica de base que pueda explicar los síntomas presentes.

Es importante tener en cuenta que este gran número de personas con síntomas de dispepsia no consultan al médico y optan por la automedicación. Sin embargo, aun con este antecedente, la dispepsia representa un número alto de consultas en atención primaria. Se ha observado que del total de consultas en atención primaria, cerca de un 10% son por síntomas dispépticos. Esta cifra varía según la región, por supuesto, y dependiendo del estado socio-económico y de la infección por H. pylori. 6

A pesar de ser un trastorno de buen pronóstico la dispepsia tiene una alta tasa de recidiva en sus síntomas, lo que interfiere en la vida diaria de los pacientes, provocando un importante deterioro de la calidad de vida. Debido a su alta prevalencia implica un costo alto, y un consumo de recursos como la reducción en la productividad laboral, ya sea por ausentismo laboral o por disminución del rendimiento.

— Factores de riesgo para desarrollar dispepsia funcional: ¿qué me predispone a tenerla?

Como factores de riesgo para esta enfermedad se han descrito los siguientes:

  • Alteraciones de la función motora (falta de relajación del estómago, disminución del vaciado gástrico, hipomotilidad de segmentos específicos del estómago.)
  • Alteraciones de la sensibilidad visceral.
  • Alteraciones de la inmunidad, es decir los mecanismos relacionados con la respuesta a infecciones.
  • Algunos autores definen predisposición genética.

 

— Diagnóstico: ¿cómo sé si tengo dispepsia funcional?

Su diagnóstico es principalmente clínico, basado en los síntomas que ya mencionamos anteriormente. Comúnmente, el médico se basa en unos criterios llamados Criterios de Roma. Básicamente se lo divide en dos síndromes:

  • Síndrome de distrés postprandial: se caracteriza por llenura postprandial y saciedad temprana
  • Síndrome del dolor epigástrico: se caracteriza por dolor y ardor epigástrico.

Es muy importante que no exista ninguna alteración estructural o anatómica en los exámenes (ej:   endoscopía digestiva alta), que puedan explicar los síntomas.

— Tratamiento: ¿Qué puedo hacer para ayudarme con esta enfermedad?

En general, se pueden usar dos abordajes principales. El primer abordaje, y el más importante, es la modificación del estilo de vida, adoptando algunas recomendaciones muy útiles para aliviar los síntomas:

  • Comer despacio y masticación adecuada para favorecer el procesamiento gástrico
  • Comidas frecuentes, pequeñas, evitar alimentos grasosos o hipertónicos (muy salados o muy dulces): para mejorar vaciamiento gástrico
  • Evitar tabaco, alcohol, fármacos antiinflamatorios y sobrepeso. Evitar irritantes como café, té, bebidas gaseosas, cacao y chocolate
  • Si el dolor es postural se recomienda elevar la cabecera de la cama
  • Si el paciente refiere estrés se recomienda técnicas de relajación y/o ejercicio físico. 7

El segundo abordaje se basa en el uso de fármacos que buscan aliviar los síntomas propios de la dispepsia funcional. Este abordaje se reserva para cuando los cambios en el estilo de vida no han sido suficientes. Muchos doctores primero buscarán determinar si el paciente tiene o no infección por la bacteria H. pylori, en cuyo caso decidirán tratarla. Si esto no funciona, puede que se usen medicamentos que bajan la producción de ácido a nivel del estómago (inhibidores de la bomba de protones), antidepresivos tricíclicos (que mejoran la funcionalidad gastrointestinal, o fármacos procinéticos, que aumentan el movimiento a nivel estomacal. Si todo esto no funciona, es muy probable que se necesite psicoterapia para el manejo de las dificultades que la dispepsia funcional ocasiona. A continuación, se muestra un esquema resumido de los pasos que su médico seguirá en el tratamiento farmacológico de la dispepsia funcional. 8

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— Perlas de la dispepsia funcional: ¿Qué debo llevarme a casa?

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7Referencias:

1. Rodríguez-García, J. L. & Carmona-Sánchez, R. Dispepsia funcional y dispepsia asociada a infección por Helicobacter pylori: ¿son entidades con características clínicas diferentes? Rev. Gastroenterol. México 81, 126–133 (2016).

2. Martínez, A. & Carlos, L. Tipos de gastritis y su tratamiento. Offarm 57–64

3. Longstreth, G., & Brian, L. (1 de noviembre de 2017). UpToDate. Recuperado el 15 de Abril de 2018, de https://www-uptodate-com

4. Moreira, V., & Lopez, S. (2004). Dispepsia funcional. Scielo .

5. Brun, R., & Kuo, B. (2010). Functional dyspepsia. Therapeutic Advances in Gastroenterology, 145-164.

6. Fernandiz, J. (Agosto de 2006). Abordaje de la dispepsia funcional. Madrid , España.

7. Domingo, J. (2002). Dispepsia funcional. Descripción y tratamiento. Elsevier.

8. Moayyedi, P. Lacy, B. Andrews, B. Enns, R. Howden, C. Vakil, N. (2017). Management of Dyspepsia. Am J Gastroenterol.

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Antártida, un mundo microscópico

El continente antártico, a pesar de tener uno de los ambientes más extremos de la Tierra, es el hábitat de especies únicas de microorganismos que hacen que los arroyos, estanques y lagos cobren vida y se conviertan en uno de los ecosistemas más productivos del llamado «continente blanco». Y estos seres microscópicos son los mismos que nos podrían avisar de los cambios ambientales ocasionados por el impacto del hombre.

En el verano de la Península Antártica, las áreas libres de hielo se cubren de líquenes, musgos y tapetes microbianos, recobrando así la vida. Los tapetes biológicos hacen que el hemisferio sur se pinte de colores debido a la presencia de diversos pigmentos fotosintéticos. Estas biopelículas están formadas, en su mayoría, por cianobacterias, bacterias, microalgas y fitoflagelados, embebidos en una capa de proteínas que les permite auto-organizarse en respuesta a condiciones externas1.

La morfología, estructura y color de las biopelículas están determinados por las especies dominantes de su entorno, por las características del sedimento del terreno y por los elementos ambientales2. Y, de estos últimos, la luz y la temperatura son los principales factores que intervienen en el proceso metabólico de estas comunidades. Es por ello que, en las últimas dos décadas, se ha llevado a cabo una serie de estudios centrados en entender cómo responden estas comunidades de microorganismos a los cambios físico-químicos de los sistemas acuáticos, de manera que podamos anticipar futuros cambios ambientales.

Los pigmentos fotosintéticos se utilizan como indicadores de la composición microalgal y bacteriana de una comunidad, de las interacciones en la cadena trófica y de los cambios en las características físico-químicas de cuerpos de agua3,4. Además, los pigmentos también indican una gran variedad de impactos antropogénicos en los ambientes acuáticos, incluyendo eutroficación, prácticas de uso del suelo y cambio climático.

Las clorofilas, carotenoides y otros pigmentos que poseen las algas y las bacterias fotosintéticas son compuestos orgánicos naturales, cuya transformación bioquímica indica la presencia de interacciones tróficas y las diferentes condiciones de crecimiento a las que están expuestas los microorganismos en el ecosistema5. Así también, algunas clorofilas, tales como las bacterioclorofilas, presentes en las bacterias verdes del azufre son biomarcadores ideales para zonas anóxicas. De esta manera, los biomarcadores fotosintéticos son moléculas valiosas que permiten evaluar los procesos biológicos y las condiciones ambientales de un ecosistema en un tiempo determinado.

La Antártida, al poseer un ecosistema altamente sensible a los cambios ambientales, como el aumento de la temperatura, las variaciones de la luz, o las precipitaciones, puede ser monitoreada indirectamente por los microorganismos. De esta manera, dichos microorganismos pueden ser considerados bioindicadores para examinar el impacto del cambio climático a nivel mundial. Es necesario, por tanto, un estudio a profundidad de la variación temporal y espacial de estos organismos.

Referencias

  1. de los Ríos A., Ascaso, C., Wierzchos, J., Fernández-Valiente, E. & Quesada, A. 2004. Microstructural characterization of cyanobacterial mats from the McMurdo Ice Shelf, Antarctica. Applied and environmental microbiology 70(1): 69-580.
  1. Komárek, O. & Komárek, J. 2010. Diversity and Ecology of Cyanobacterial Microflora of Antarctic Seepage Habitats: Comparison of King George Island, Shetland Islands, and James Ross Island, NW Weddell Sea, Antarctica. En Microbial MatsP515-539. Springer Netherlands
  1. Vincent, W.F. & Laybourn-Parry, J. 2008.Polar lakes and rivers. Oxford University Press.
  1. Whalen, S., Lofton, D., McGowan, G. & Strohm, A. 2013. Microphytobenthos in Shallow Arctic Lakes: Fine-Scale Depth Distribution of Chlorophyll a, Radiocarbon Assimilation, Irradiance, and Dissolved O2. Arctic, Antarctic, and Alpine Research 45 (2): 285–295.
  1. Borghini F, Colacevich A, Caruso T y Bargagli R. 2011. An Update on Sedimentary Pigments in Victoria Land Lakes (East Antarctica).Arctic, Antarctic, and Alpine Research 43(1): 22-34.

 

 

Indicadores engañosos

Sin lugar a dudas, la educación ecuatoriana ha dado un salto gigantesco en términos de producción científica entre el siglo pasado y lo que va de este. El exponencial crecimiento de trabajos publicados muestra un progreso alentador en la situación actual de la academia de Ecuador y particularmente en el desempeño de las instituciones que llevan a cabo dichas investigaciones. Pero, ¿basta realmente con contar año tras año el número de publicaciones científicas para asumir que las universidades que más publican son las que tienen superioridad académica?

Hasta el año 1999, la cantidad de publicaciones científicas de universidades ecuatorianas indexadas en la base de datos SCOPUS1 fue de apenas 374, mientras que desde el año 2000 hasta lo que vamos de 2018 es de 10.886 publicaciones. En otras palabras, la academia ecuatoriana ha logrado en menos de un cuarto de siglo aumentar en 30 veces lo que produjo en el siglo XX.

Una interpretación precipitada de estas cifras nos llevaría a pensar, entre otras cosas, que las universidades ecuatorianas que más han publicado hasta el momento son precisamente aquellas donde se están alcanzando altos estándares de excelencia académica. Lamentablemente, este único indicador puede dar lugar a que se obtengan conclusiones erróneas, ya que uno de los fines primordiales de la investigación científica es que esta sea útil para otros grupos de investigación y que posteriormente sea referenciada por ellos.

Así, la producción bibliográfica en el ámbito académico no responde enteramente a una lógica de producción masiva: a mayor número de publicaciones, mayor es el impacto del conocimiento generado en la comunidad científica a la cual está primeramente dirigida. Por el contrario, si en lugar de utilizar el número total de publicaciones tomáramos como referente el ampliamente reconocido índice de Hirsch2 (índice h) para cuantificar la productividad e impacto de la investigación desarrollada por las universidades ecuatorianas, la premisa de «cuantas más publicaciones, mejor es la calidad de la institución» cambiaría drásticamente. Por ejemplo, la Universidad Central del Ecuador, a pesar de tener 133 publicaciones menos que la Universidad de Cuenca, se ubica un peldaño por encima de esta con respecto al índice h (Tabla 1.).

Tabla 1. Clasificación de las universidades ecuatorianas de acuerdo al número total de publicaciones indexadas a SCOPUS (Fecha de consulta: 04.04.2018). Entre paréntesis, junto al índice h, aparece la clasificación según el índice h.
# Universidad Publicaciones Indice h ranking(h)
1 USFQ 1540 68 (1)
2 EPN 1064 49 (3)
3 PUCE 1054 54 (2)
4 ESPOL 935 35 (6)
5 ESPE 913 19 (10)
6 UTPL 887 23 (8)
7 U. CUENCA 640 36 (5)
8 UCE 507 37 (4)
9 UPS CUENCA 405 11 (20)
10 U. GYE 297 19 (11)
11 UDLA 292 14 (15)
12 YACHAY 237 12 (18)
13 CATOLICA GYE 235 28 (7)
14 UESS 227 15 (14)
15 ESPOCH 209 16 (12)
16 UTA 204 11 (21)
17 UTE 157 9 (23)
18 U. LOJA 151 20 (9)
19 UNACH 145 12 (17)
20 INDOAMERICA 142 15 (13)
21 U. MACHALA 126 13 (16)
22 UTN 99 10 (22)
23 ULEAM 98 8 (24)
24 U. AZUAY 96 11 (19)
25 UPSE 93 7 (27)
26 UPS UIO 87 8 (25)
27 UIDE 82 7 (26)
28 U. T. MANABI 62 5 (30)
29 U. T. COTOPAXI 61 3 (33)
30 U. MILAGRO 56 4 (32)
31 CATOLICA CUENCA 54 4 (31)
32 SEK 42 5 (28)
33 U. PACIFICO 14 5 (29)
34 ECOTEC 14 0 (35)
35 U. BABAHOYO 11 1 (34)

Este es solo un ejemplo de la complejidad real que existe a la hora de evaluar el desempeño científico de nuestras instituciones de educación superior. Para no detener esta evolución histórica es necesario que las propias universidades desarrollen hojas de ruta de autoevaluación que den prioridad a la calidad de la producción científica en vez de dársela a la producción a granel.

Referencias

  1. Elsevier Science Publishers. Scopus [Electronic database]. Consultado en abril 4, 2018.
  2. Hirsch, J. E. An index to quantify an individual’s scientific research output. PNAS102(46): 16569–72