El médico-investigador: opiniones y desafíos

Autores:

Stalin Cañizares1, Micaela Balcazar1, Doménica Pérez2, Iván Sisa1, Andrés Caicedo1,3

 1 Universidad San Francisco de Quito (USFQ), Escuela de Medicina. 2 Universidad de las Américas (UDLA), Biotecnología. 3 Sistemas Médicos Universidad San Francisco de Quito (SIME-USFQ).

La medicina es la ciencia dedicada al estudio de la salud y las enfermedades del ser humano. Esta implica el ejercer el conocimiento científico para el mantenimiento y recuperación de la salud, en el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades. Desde la antigüedad, la medicina se ha definido como un arte y ciencia, puesto que radica en un conjunto de conocimientos aplicados al trato con un ser humano. Para la buena práctica de la medicina se debe adquirir suficiente conocimiento científico para curar o mantener la salud de la persona. Con ello en mente, la investigación nace como un proceso que permite dicho acercamiento a través del planteamiento de diferentes interrogantes e hipótesis factibles en relación al estado del individuo, su bienestar y cómo mantener su salud y de la población en general.

Dentro de este contexto, la investigación en medicina se puede abordar desde diferentes perspectivas. Por un lado, existe la investigación básica o preclínica, enfocada en el estudio de los mecanismos moleculares, celulares o genéticos de los procesos fisiológicos y la comprensión del origen de la enfermedad. También, la investigación poblacional o de salud pública y la investigación clínica se enfocan en un uno o varios pacientes, para conocer las principales causas de la enfermedad y como generar mejores tratamientos con consecuencias en las políticas de salud. Adicionalmente, un cuarto enfoque ha cobrado protagonismo: la investigación traslacional que resulta de la directa aplicación en la población de aquellos conocimientos obtenidos de la coordinación de la investigación básica y clínica. Esto último hace referencia a la interacción con la comunidad y a la aplicación de la medicina poblacional. Entre todas estas dinámicas, la investigación basada en evidencia se plantea como una herramienta moderna para el uso concientizado, explícito, juicioso y razonable de información para la toma de decisiones con respecto al cuidado individual de los pacientes. Este movimiento apunta al uso de investigación médica de alta calidad para el abastecimiento de nuevas destrezas en el ámbito médico; y requiere de técnicas de búsqueda eficientes y aplicación formal de reglas para categorizar los niveles de evidencia en la literatura clínica.

Sin embargo, la mayor encrucijada radica en la falta de recursos para la generación de estudios en medicina y el limitado conocimiento o falta de interés con respecto al proceso investigativo en salud. Por ello, la posibilidad de aplicar conceptos referentes a investigación de forma efectiva en la práctica médica y la posibilidad de utilizarlos para conducir proyectos reales, es escaso en nuestro país. Está claro que, frente a las grandes expectativas del siglo XXI, el entrenamiento académico tradicional en el área médica se enfrenta a nuevos desafíos. Es decir, se requiere fundamentalmente la implementación de una cultura investigativa temprano en la carrera. Ello no solo se limita a la instrucción en técnicas formales de estudio clínico, sino más bien se enfoca en una nueva dinámica de pensamiento, hacia un planteamiento perseverante de interrogantes de la práctica diaria. El desarrollo del pensamiento crítico, la creatividad y la innovación se han convertido en un imperativo para la buena práctica médica, sobre todo a que gracias a la globalización y al constante desarrollo tecnológico, el intercambio de conocimiento entre profesionales y la transmisión de la información exigen que el profesional de la salud este siempre actualizado.

¿Por qué el Ecuador, así como otras naciones en vías de desarrollo, no se beneficia de la investigación existente y globalizada de la manera esperada? ¿Qué nos impide aprovechar al máximo nuestro potencial humano? ¿Cómo cambiaría nuestra sociedad frente a un re direccionamiento al correcto desarrollo de proyectos investigativos? Estas preguntas nos han llevado a realizar una serie de entrevistas dirigidas a diferentes miembros de varios centros de salud que han tenido la posibilidad de desarrollarse en el área de investigación vinculada a la medicina. Nuestra finalidad fue la de obtener diversas perspectivas con respecto a la importancia de la medicina basada en evidencia, las barreras de los médicos ecuatorianos para realizar investigación y las competencias que tanto estudiantes como médicos ya graduados deberían tener con la finalidad de emprender esta tarea. Es así que se abordarán dos ejes de la práctica médica contemporánea: la escasez de la producción investigativa en el Ecuador, y la medicina basada en evidencia (MBE) como herramienta fundamental para el constante desarrollo del personal médico. En definitiva, la producción de MBE requiere de las competencias necesarias tanto cuantitativas como cualitativas vinculadas a aspectos de la bioestadística y epidemiología clásica.

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Michelle Grunauer

Michelle Grunauer, es médica especialista en medicina crítica y neumología, cuenta con una maestría en salud mental del niño y la familia y un doctorado en su área de investigación: ventilación mecánica y medicina paliativa. Actualmente es la Decana de la Escuela de Medicina de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ). Michelle manifiesta la importancia de la investigación para el avance del conocimiento, el cual impacta desde varios campos los determinantes de la salud a nivel global. Una de las ventajas del médico que hace investigación es que no solo “absorbe” conocimiento, sino que también es capaz de generarlo. Se le plantea constantemente la posibilidad de influenciar de manera positiva tanto en la salud como en la enfermedad, a nivel del individuo y de la población, en el ámbito nacional e internacional. En el proceso, uno de los pilares claves para emprender investigación constituye el trabajo en equipo, la posibilidad de crear asociaciones estratégicas entre centros médicos y de investigación de diversas partes del mundo con abordajes multidisciplinarios y vinculados, como por ejemplo, incorporando la bioingeniería, biología celular, robótica y ciencias sociales entre otras, al área médica.

Es evidente que la falta de recursos y de apoyo administrativo constituyen grandes limitantes para quienes buscan realizar proyectos en su mayoría complejos. Sin embargo, lo importante es pensar, tener ideas y mantener la curiosidad intelectual. Existen aspectos importantes para alcanzar esta combinación: el primero, aprender a disfrutar de la lectura diaria, el médico está en constante actualización de conocimientos; segundo, combinar la lectura diaria con obras no relacionadas a medicina, una posibilidad para ejercer creatividad e innovación; tercero, ser valiente y someter artículos y valorizar la retroalimentación, aunque eso implique que el artículo no sea aceptado, ese aliento motivador es necesario para el desarrollo personal y profesional; finalmente, recibir instrucción en metodología de investigación científica facilita la práctica diaria.

En su caso particular, la investigación le permite percatarse de algo que va más allá de la práctica clínica, algo que puede perpetuarse en el tiempo, un desafío constante que le trae satisfacción y orgullo.  “Los médicos somos resilientes; frente a la adversidad, encontramos la forma de llegar a la resolución.”

 

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Gloria Arbeláez

Por otro lado, Gloria Arbeláez, investigadora privada y actual coordinadora general de investigación en el Hospital Carlos Andrade Marín, relaciona la investigación con la toma de decisiones gerenciales: ofrece la oportunidad de elaborar protocolos y guías para posteriormente probar su eficacia y eficiencia. Plantea la necesidad de la lectura crítica y la realización de investigación propiamente: “Estamos en una era donde uno debe sustentar lo que hace, usando diferentes niveles de evidencia científica”. Ella sí señala la importancia de los médicos especialistas en realizar algún tipo de instrucción como un diplomado, una maestría o al menos una capacitación para realizar investigación de la mejor manera posible. Se plantea cinco claves que debe tener todo buen investigador: actitud positiva, instrucción o capacitación adecuada, pertenencia a comunidades científicas nacionales e internacionales, la posibilidad de hacer docencia, y finalmente, la oportunidad de constar con recursos para realizar propiamente investigación.

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Enrique Terán

“Hace treinta años, se pensaba que la medicina era únicamente clínica-asistencial, pero a medida que la sociedad ha progresado, se han planteado nuevas interrogantes que responder a través de una manera distinta de acercarse al problema, la investigación”, nos cuenta Enrique Terán, doctor en medicina y farmacología, y docente investigador de la USFQ. Resalta la importancia de la motivación y la curiosidad para el investigador, un individuo que simplemente realiza las preguntas adecuadas y responde con ideas innovadoras. La investigación es esa herramienta que permite al médico amplificar cambios de su práctica clínica diaria. Sin embargo, existen barreras por las que la investigación es difícilmente realizada. La falta de reconocimiento y remuneración, la no disponibilidad de equipo de trabajo y estructura organizacional, y la escasez de visión en el médico ecuatoriano constituyen los más grandes impedimentos. Adicionalmente, en el ámbito legal universitario, la tesis desde hace algunos años ya no es obligatoria y el estudiante de medicina ya no se ve obligado a emprender la tarea de plantearse temáticas de investigación. Finalmente, enfatiza la importancia de la lectura crítica como uno de los pilares para la actualización de cualquier médico. “Lo que hace la diferencia es la sed de conocimiento, el apetito de formarse, y las actualizaciones que haga cada estudiante; porque los médicos, a diferencia de cualquier otra carrera, deben pasar por un proceso habitual de pensamiento crítico de investigación. El que lee más de lo normal puede cuestionarse más que el resto y dejando de lado el conformismo  de los conocimientos de uno y enfocándose en lo que no se sabe, se puede crear las preguntas de investigación”. Por lo que concluye que “los investigadores no nacen, sino se hacen”.

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Iván Sisa

Así mismo, Iván Sisa, médico con master en salud pública e investigación clínica y traslacional y docente de la USFQ, considera que existe la idea errónea acerca de la exclusividad de quienes poseen un PhD para la producción de investigación. MD con entrenamiento apropiado son capaces de realizar investigación y, de hecho, se ha evidencia su rol como investigadores principales de estudios importantes y globales. Considera a su vez este campo como un pilar fundamental de la medicina por los avances que se ha logrado, tanto intencional como accidentalmente. Desde la implementación del método científico, el desarrollo de la investigación ha crecido exponencialmente en medicina, lo que Iván considera que es bueno, pero también tiene sus desventajas: por la abundancia de material, es imposible leerlo todo y no todo es “buena ciencia”. Con respecto a la lectura crítica de medicina basada en evidencia, “El médico que no hace investigación debe consumir lo que alguien más produjo; sin embargo, incluso los consumidores de ciencia deben estar capacitados para evaluar críticamente la información pública y así distinguir si contribuye o no a la práctica médica y de forma última al bienestar del paciente”. Por ello, considera la lectura crítica como una de las competencias claves para adquirir de manera correcta nuevo conocimiento para ser capaces de mejorar la atención al paciente.

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Fabricio González–Andrade

Por su parte, Fabricio González–Andrade, médico especialista en Genética Médica y Medicina Interna, y docente investigador de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central del Ecuador, se dedica en la actualidad a la investigación clínica y biomédica. Él considera que la investigación es la búsqueda del conocimiento per se como base para generar desarrollo.  También, afirma que la medicina científica y la lectura crítica son una forma de pensamiento pues “apenas el 20% de la medicina se encuentra basada en evidencia científica. Un ejemplo preciso, es que no todo lo que se ha probado por el método científico es clínicamente comprobable.” Además, Fabricio piensa que lo más importante para aquellas personas que desean focalizarse en la investigación es: tener motivación, una educación formal y unirse a un equipo de investigación consolidado, ya que difícilmente se puede trabajar solo en dicho campo. Por otro lado, Fabricio comenta que existe una falta de masa crítica, de financiamiento y de un sistema de investigación organizado, como principales limitaciones al momento de desarrollar una investigación. Así mismo, comenta que para lograr combinar la práctica clínica con la investigación y docencia dispone de 8 horas diarias las cuales organiza de acuerdo a distintas actividades, siempre con un grupo de personas que lo apoyen.

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Jaime Ocampo

Jaime Ocampo, doctor en medicina, y actual Decano de Salud Pública de la USFQ y gerente general de SIME de la USFQ, no realiza investigación por falta de tiempo, aunque el interés no le falta. “En el tema de la investigación no solamente debe haber una persona que realice la investigación sino también alguien que apoye al investigador, que genere la riqueza para financiar esa investigación. Eso es lo que hago yo.“ Su rol es el de gestión, de levantar recursos, impulsar y liderar. Su apoyo es tangencial en las investigaciones. Jaime piensa que para realizar investigación, es necesario preparar mejor a las personas para realizar investigaciones que realmente valgan la pena, es decir, que impacten a la sociedad como en el caso de aquellas enfermedades relacionadas con el síndrome metabólico. “ Apoyo la investigación, para que al mismo tiempo realce las actividades de Sistemas Médicos de la USFQ“. Jaime aconseja a los estudiantes de medicina que se van a enfocar en la investigación que tengan pasión y motivación por lo que hacen, que estén detrás de un grupo investigador y que siempre cuenten con un gestor. También considera que hay 3 factores limitantes al momento de realizar investigación puesto que en algunos casos los investigadores no saben qué investigar, cómo hacerlo, ni constan con los recursos suficientes.

El fortalecer la práctica de la investigación con la medicina, muy temprano en la formación del estudiante y luego en el entorno profesional, proveerá de mejoras en el prevención, diagnóstico, tratamientos y política pública con respecto a la enfermedad. El médico que investiga tiene una visión analítica y critica de su actividad, siempre en pos de aliviar el dolor, malestar, mejorar y proteger la vida y bienestar de la persona. El médico-investigador, necesita del trabajo en equipo para poder iniciar y llevar adelante una actividad científica sostenida, de inversión en tiempo, en material y en personal que sin duda proveerán de soluciones a nuestras grandes necesidades en salud.

Imagen de cabecera: Ary Scheffer – The Death of Géricault.

 

 

¿Tienes diabetes? ¡Cuida tu riñón!

Autores:

Mikaela Camacho, Richard Maldonado, Karla Miño, Camila Pacheco, Camila Peña, María José Pino, Ramiro Prieto, Estefanía Roldán, Andrés Sánchez, Tatiana Tituaña Jácome, Allpa Tituaña Vega.

¿Quién no tiene un diabético en su familia? En el Ecuador, 2,7% de la población entre 10-59 años tiene diabetes, lo que significa que alrededor de 400 mil de personas viven con ella en nuestro país1. La diabetes es una enfermedad compleja que implica tener altos niveles de azúcar en la sangre, lo que causa daño en varias partes del cuerpo como tu corazón, vasos sanguíneos, nervios, pies, ojos y riñones. Entre estos órganos, los riñones están encargados de filtrar y eliminar los desechos que tu organismo produce diariamente. Al tener altos niveles de glucosa en la sangre, tu riñón se verá forzado a trabajar horas extras y al final te pasará factura. Si no lo cuidas, eventualmente llegará a perder su función, cuando esto sucede significa que desarrollaste una condición denominada nefropatía diabética.

¿Cómo detectar tempranamente esta enfermedad?

Aquí te dejamos 8 tips para tu cuidado

1. Atiende a tus controles médicos

Durante la diabetes, tu médico te indicará qué exámenes de laboratorio debes realizar y con qué frecuencia. Recuerda que la nefropatía diabética es prevenible si la detectamos a tiempo. En los estadíos iniciales de esta enfermedad no tendrás síntomas y por esa razón es importante que acudas al doctor con regularidad. Consulta con tu médico cualquier duda.

2. No olvides tomar tu medicación diariamente

Controlar tus niveles de azúcar es muy importante para no causar daño a tu riñón. Si tomas varios medicamentos, planifica tu tratamiento con una tabla con el orden, horario y cantidades que debes tomar. Colócalo en un lugar visible. No olvides que también puedes utilizar alarmas o aplicaciones para recordar tus tomas. Recuerda que el objetivo de la terapia de medicamentos es mantener tus niveles de glucosa dentro de sus rangos normales.

3. Controla tus niveles de glucosa

Mide tu nivel de azúcar en la sangre con la frecuencia que te indique el médico. ¿Cómo medirla? ¡Muy fácil!: De seguro ya tienes tu propio medidor de glucosa. Luego de lavarte las manos, introduce una tira reactiva en el medidor, pincha levemente en tu yema del dedo y obtén una gota de sangre. Toca y sostén el borde de la tira reactiva contra la gota de sangre. Espera unos segundos y ¡listo!, el medidor te dará un valor en la pantalla.

4. Cuida tus hábitos alimenticios2

Para controlar tus niveles de glucosa, debes controlar tu alimentación. A pesar de que las frutas tienen una azúcar llamada fructosa, son muy beneficiosas para la salud. Aumenta el consumo de frutas y vegetales, recuerda comer 5 porciones al día entre ambos tipos de alimentos. Evita consumir frutas con altos niveles de azúcar como el plátano, uvas y frutillas. Consume pescado y alimentos del mar, pues estos contienen grasas buenas que ayudarán a mantener tu corazón sano. Elige comer carbohidratos complejos y fibra como papas cocinadas con cáscara, frutas con cáscara, mote, maíz y avena. No elijas las azúcares simples como los dulces, pues estas elevarán mucho tus niveles de glucosa y pueden causar una descompensación. Sustituye los jugos y bebidas carbonatadas por agua. Todas estas recomendaciones alimenticias mantendrán tu diabetes bajo control y así no sufrirás varias de las complicaciones, especialmente la nefropatía diabética.

5. No consumas alcohol y tabaco3

El alcohol tiene varios efectos sobre la salud de las personas, las personas que consumen alcohol en exceso tienen mayor riesgo de presentar enfermedades crónicas como presión arterial alta, enfermedades al corazón, accidentes cerebrovasculares, enfermedades del hígado y problemas digestivos. La presión arterial alta a largo plazo va a generar un daño en la función renal. Los pacientes diabéticos tienen mayor riesgo de enfermedades cardiacas y renales, si a esto le sumamos el consumo de alcohol, el riesgo de enfermedad renal va a incrementar, por esto se recomienda evitar el consumo de alcohol en exceso.

El uso de tabaco tiene una clara relación con el incremento de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Incrementa el riesgo para enfermedad aterosclerótica, enfermedad coronaria, enfermedad cerebrovascular, insuficiencia cardiaca. La enfermedad aterosclerótica también podría afectar a las arterias renales, llevando al paciente a una insuficiencia renal, además el tabaco al afectar a todo el sistema cardiovascular en general podría llevar a la muerte. De igual manera en pacientes diabéticos el riesgo de enfermedades cardiovasculares es mayor en comparación con la población sin diabetes, si a esto se le suma que el paciente es fumador el riesgo es mucho más alto, por eso se recomienda evitar el consumo de tabaco.

6. Controla tu presión arterial4

La hipertensión está estrictamente relacionada con el desarrollo y evolución del daño hacia tu riñón, es por ello que te recomendamos mantener una presión arterial de 130/80 mmHg o de 125/75 mmHg en el caso de que tengas una proteinuria de 1 g/día. Cifras tensionales inferiores reducen la mortalidad y disminuyen las necesidades de tratamiento renal sustitutivo. Para bajar tu presión arterial te aconsejamos la reducción de peso si existe sobrepeso u obesidad, realizar ejercicio físico, mantener una alimentación balanceada, disminuir  la ingesta de sal, moderar el consumo de alcohol y dejar de fumar.

7. No abuses de medicación para el dolor como ibuprofeno, paracetamol.

Los AINES son fármacos usados para calmar el dolor, bajar la inflamación y fiebre. Aunque estos medicamentos son muy útiles, no debes abusar de ellos ya que pueden dañar tu riñón, corazón y estómago. Consulta con tu médico sobre la dosis y qué medicamentos para el dolor son los más recomendados para ti. Automedicarse puede ser perjudicial para tu salud.

8. Manten una buena higiene íntima5

Mantener una buena higiene íntima puede prevenir el desarrollo de infecciones de las vías urinarias que podrían llegar a afectar tus riñones. Al momento de limpiar tu zona íntima, recuerda hacerlo desde adelante hacia atrás y durante la ducha no usar jabones en el área íntima en el caso de ser mujer. Los hombres también deben realizar un aseo constante de su zona genital. Orinar y lavar la zona íntima después de mantener relaciones sexuales también disminuye el riesgo de contraer infección de las vías urinarias.

Siguiendo estas recomendaciones, puede prevenir futuras complicaciones de la diabetes. Aprender a vivir con ella es uno de los pasos más importantes para cuidar de ti. Si cuidas tu diabetes, cuidarás tu riñón y tu vida.

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  1. Ecuador, M. de salud pública. Encuesta Nacional de Salud y Nutrición: ENSANUT-ECU 2012. (INEC, 2014).
  2. Durán Agüero, S., Carrasco Piña, E. & Araya Pérez, M. Alimentación y diabetes. Nutrición Hospitalaria 27, 1031–1036 (2012).
  3. El consumo de alcohol y su salud | Hojas Informativas | Alcohol | CDC. (2018). Available at: https://www.cdc.gov/alcohol/spanish/hojas-informativas/consumo-alcohol-salud.html. (Accessed: 11th September 2018)
  4. Esmatjes,E.,Nicolau, J.,Fernandez, C.,& Rueda, S. Tratamiento de la nefropatía diabética,55(2):105-108 (2008).
  5. Litherland, A. T. Urinary tract infection: diabetic women’s strategies for prevention. British Journal of Nursing, 20(13), 791-796 (2011).

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¿Es en realidad Gastritis? Resolviendo el mito.

Autores:

Jaime del Castillo, Jorge Estrella, Ariana Guerra, Carolina Guevara, Andrea Ordoñez, Cristina Palacios, Sebastian Puga y María Belen Torres.

“No puedo comer eso porque me da gastritis”. “Hoy amanecí con gastritis”. Pocas personas podrán decir que estas dos frases les resultan desconocidas o ajenas. De hecho, todo lo contrario, pues se escuchan muy frecuentemente en el día a día en nuestro medio; la mayoría de las personas usa el término gastritis para referirse al dolor estomacal, al malestar abdominal, a la sensación de llenura o de reflujo, o a la propia pesadez, que muchas veces se acompaña con las comidas.1 Sin embargo, ¿realmente tienen estas personas gastritis? La respuesta es un gran y rotundo ¡NO!

La gastritis hace referencia a la inflamación de las células de la mucosa que recubre el estómago. Por tanto, la gastritis es un diagnóstico que se puede hacer única y exclusivamente mediante histología, es decir, mediante la toma de una muestra de la mucosa gástrica y su respectivo análisis bajo un microscopio para confirmar la presencia de inflamación en ese tejido. La gastritis suele ser la respuesta del cuerpo a un proceso que irrita la mucosa durante algún tiempo, como una infección o el consumo de fármacos, así que no es cierto que el consumo único de un alimento pueda generar una inflamación súbita de las células del estómago.2 Entonces, y considerando todo lo dicho, ¿cómo se llama aquello que la gente incorrectamente describe como gastritis? Pues se llama dispepsia funcional. Le invitamos a que conozca un poco más sobre este mal tan frecuente, pero tan poco conocido, que ha sido injustamente confundido con el término de gastritis.

— Conociendo un poco más la enfermedad: ¿qué es la dispepsia funcional?

La dispepsia funcional comprende un cuadro clínico caracterizado por un conjunto de síntomas continuos o intermitentes, referidos por el paciente como dolor, malestar o incomodidad tipo pesadez o plenitud en la boca del estómago. Éstos pueden mejorar o empeorar al comer. Muchas veces se presenta con distensión abdominal, incapacidad de terminar una comida, náuseas y eructos, pero nunca con vómito. La dispepsia afecta al 35-40% de la población general, no obstante, solo el 20% de las personas atendidas por un médico encuentran una causa orgánica de base. 3

Aunque no existe una causa específica que pueda demostrar el porqué de la dispepsia funcional, sí existen algunas teorías relacionadas a la misma:

  • Alteración de la motilidad gástrica: en este caso la dispepsia se asocia a una alteración del estómago para contraerse de manera correcta y poder realizar una buena digestión, lo que a su vez conlleva a los síntomas mencionados anteriormente como distensión abdominal, sensación de llenura, incomodidades tipo pesadez, etc.
  • Hipersensibilidad visceral: la hipersensibilidad se caracteriza por un umbral del dolor más bajo de lo normal, en presencia de motilidad (movimiento) gástrica normal. Se cree que una disfunción de los receptores de dolor del estómago y un mal procesamiento de los estímulos gástricos a nivel nervioso juegan un papel importante en el desarrollo del dolor asociado a la dispepsia funcional.
  • Infección por Helicobacter pylori: el H. pylori, una bacteria que comúnmente habita en el estómago de muchas personas a nivel mundial, puede causar alteración y disfunción de la motilidad gástrica, debido a que induce una respuesta inflamatoria, lo cual a su vez disminuye el umbral relacionado al disconfort que se asocia a la distensión gástrica.
  • Alteración de la flora bacteriana: esta teoría surgió basada en la observación de que síntomas asociados a dispepsia funcional ocurren después de un episodio de gastroenteritis, en el que las bacterias que normalmente viven en el intestino mueren y son reemplazadas por otras que usualmente no viven ahí.
  • Inflamación duodenal: se han encontrado asociaciones entre dispepsia y un proceso inflamatorio a nivel del duodeno (la primera porción del intestino delgado).
  • Disfunción psicosocial: la dispepsia también se ha visto asociada a ansiedad, depresión u otros trastornos emocionales. 4

— Signos y Síntomas: ¿Cómo se presenta la dispepsia funcional?

La dispepsia funcional tiene un sinnúmero de síntomas que la caracterizan, y no uno sólo. Cada uno de ellos puede o no estar presente en cada paciente, aunque la intensidad siempre es variable. En general, se destacan los siguientes síntomas.

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Es importante considerar algunas cosas:

  • Otros pacientes también pueden presentar náusea y vómito.
  • Los pacientes no tienen evidencia de enfermedad estructural para explicar los síntomas los cuales se deben de presentar por lo menos por 3 meses.
  • Hay dos subtipos de dispepsia funcional que se basan en los síntomas predominantes5 :

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— Epidemiología: Prevalencias de la enfermedad en la población.

 Al hablar  sobre dispepsia funcional entramos en un área muy amplia, que debe ser definida de manera correcta, para evitar la confusión con la gastritis. En estudios donde se utiliza una definición dispepsia como “el dolor en el abdomen superior” la prevalencia llega a ser hasta del 34% de la población en general. Por otro lado, cuando se utiliza una definición más amplia, la cual involucra síntomas gastrointestinales en el abdomen superior (llenura, gases, cólicos…), la prevalencia varía entre un 23% al 45%. Estudios recientes realizados en España estiman que, de su población, al menos el 39% experimentan síntomas dispépticos a lo largo de su vida. De este gran grupo de personas se estima que el 14% son de causa funcional, es decir, sin una causa orgánica de base que pueda explicar los síntomas presentes.

Es importante tener en cuenta que este gran número de personas con síntomas de dispepsia no consultan al médico y optan por la automedicación. Sin embargo, aun con este antecedente, la dispepsia representa un número alto de consultas en atención primaria. Se ha observado que del total de consultas en atención primaria, cerca de un 10% son por síntomas dispépticos. Esta cifra varía según la región, por supuesto, y dependiendo del estado socio-económico y de la infección por H. pylori. 6

A pesar de ser un trastorno de buen pronóstico la dispepsia tiene una alta tasa de recidiva en sus síntomas, lo que interfiere en la vida diaria de los pacientes, provocando un importante deterioro de la calidad de vida. Debido a su alta prevalencia implica un costo alto, y un consumo de recursos como la reducción en la productividad laboral, ya sea por ausentismo laboral o por disminución del rendimiento.

— Factores de riesgo para desarrollar dispepsia funcional: ¿qué me predispone a tenerla?

Como factores de riesgo para esta enfermedad se han descrito los siguientes:

  • Alteraciones de la función motora (falta de relajación del estómago, disminución del vaciado gástrico, hipomotilidad de segmentos específicos del estómago.)
  • Alteraciones de la sensibilidad visceral.
  • Alteraciones de la inmunidad, es decir los mecanismos relacionados con la respuesta a infecciones.
  • Algunos autores definen predisposición genética.

 

— Diagnóstico: ¿cómo sé si tengo dispepsia funcional?

Su diagnóstico es principalmente clínico, basado en los síntomas que ya mencionamos anteriormente. Comúnmente, el médico se basa en unos criterios llamados Criterios de Roma. Básicamente se lo divide en dos síndromes:

  • Síndrome de distrés postprandial: se caracteriza por llenura postprandial y saciedad temprana
  • Síndrome del dolor epigástrico: se caracteriza por dolor y ardor epigástrico.

Es muy importante que no exista ninguna alteración estructural o anatómica en los exámenes (ej:   endoscopía digestiva alta), que puedan explicar los síntomas.

— Tratamiento: ¿Qué puedo hacer para ayudarme con esta enfermedad?

En general, se pueden usar dos abordajes principales. El primer abordaje, y el más importante, es la modificación del estilo de vida, adoptando algunas recomendaciones muy útiles para aliviar los síntomas:

  • Comer despacio y masticación adecuada para favorecer el procesamiento gástrico
  • Comidas frecuentes, pequeñas, evitar alimentos grasosos o hipertónicos (muy salados o muy dulces): para mejorar vaciamiento gástrico
  • Evitar tabaco, alcohol, fármacos antiinflamatorios y sobrepeso. Evitar irritantes como café, té, bebidas gaseosas, cacao y chocolate
  • Si el dolor es postural se recomienda elevar la cabecera de la cama
  • Si el paciente refiere estrés se recomienda técnicas de relajación y/o ejercicio físico. 7

El segundo abordaje se basa en el uso de fármacos que buscan aliviar los síntomas propios de la dispepsia funcional. Este abordaje se reserva para cuando los cambios en el estilo de vida no han sido suficientes. Muchos doctores primero buscarán determinar si el paciente tiene o no infección por la bacteria H. pylori, en cuyo caso decidirán tratarla. Si esto no funciona, puede que se usen medicamentos que bajan la producción de ácido a nivel del estómago (inhibidores de la bomba de protones), antidepresivos tricíclicos (que mejoran la funcionalidad gastrointestinal, o fármacos procinéticos, que aumentan el movimiento a nivel estomacal. Si todo esto no funciona, es muy probable que se necesite psicoterapia para el manejo de las dificultades que la dispepsia funcional ocasiona. A continuación, se muestra un esquema resumido de los pasos que su médico seguirá en el tratamiento farmacológico de la dispepsia funcional. 8

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— Perlas de la dispepsia funcional: ¿Qué debo llevarme a casa?

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7Referencias:

1. Rodríguez-García, J. L. & Carmona-Sánchez, R. Dispepsia funcional y dispepsia asociada a infección por Helicobacter pylori: ¿son entidades con características clínicas diferentes? Rev. Gastroenterol. México 81, 126–133 (2016).

2. Martínez, A. & Carlos, L. Tipos de gastritis y su tratamiento. Offarm 57–64

3. Longstreth, G., & Brian, L. (1 de noviembre de 2017). UpToDate. Recuperado el 15 de Abril de 2018, de https://www-uptodate-com

4. Moreira, V., & Lopez, S. (2004). Dispepsia funcional. Scielo .

5. Brun, R., & Kuo, B. (2010). Functional dyspepsia. Therapeutic Advances in Gastroenterology, 145-164.

6. Fernandiz, J. (Agosto de 2006). Abordaje de la dispepsia funcional. Madrid , España.

7. Domingo, J. (2002). Dispepsia funcional. Descripción y tratamiento. Elsevier.

8. Moayyedi, P. Lacy, B. Andrews, B. Enns, R. Howden, C. Vakil, N. (2017). Management of Dyspepsia. Am J Gastroenterol.

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